Conmemora Centro Fray Julián Garcés 20 años de camino en la defensa de los derechos humanos y el bien común

COYUNTURA/Con la presencia de cientos de personas de diversas comunidades del estado, integrantes de la sociedad civil, academia, iglesia y funcionariado público, el Centro Fray Julián Garcés realizó un evento conmemorando dos décadas de trabajo, y presentando el informe “Fuego de esperanza colectiva. 20 años construyendo el bien común”, el cual fue comentado por el rector de la Universidad Iberoamericana Puebla, Mario Patrón, así como el director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Abel Barrera. 

Laura Méndez de la comunidad de Tepetitla, dio la bienvenida a nombre de la Asamblea de socias y socios de la organización, mencionando que hace veinte años “surge un Centro que junto con las comunidades toman conciencia de la situación de pecado silenciado, encubierto y negociado, para organizarse en red de solidaridad y hacerse escuchar hasta lograr incidir en espacios que garanticen la transformación de realidades injustas”.

Con esto se abrió paso a un mensaje enviado por el representante en México de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ONU, quien mediante un video externó, entre otras cosas, que el trabajo “ha tenido proyecciones no solo en todo el país sino en Naciones Unidas, e incluso en nuestra sede en Ginebra. Hacemos votos porque se mantenga este trabajo; porque siga su positiva influencia, tanto en el ámbito del derecho al ambiente, como en la protección de niñas y mujeres respecto de la trata. Estamos frente a problemas muy graves de México y necesitamos actores de la capacidad, de la propuesta, del compromiso como el del Centro”.

Luego de esta relevante intervención, Alejandra Méndez, directora del Centro Fray Julián Garcés, tomó la palabra abordando el contexto nacional, los orígenes de la organización, el proceso de veinte años, y, específicamente, la situación en torno a la devastación socioambiental y la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual, así como las acciones y obstáculos en la incidencia que en este momento sortean. 

Respecto a la trata de mujeres y niñas señaló que las formas de enganche identificadas hace años por el mismo Centro se han ido adaptando en los últimos años, como incluso ha sido referido en el informe 2021 sobre trata de personas, del Departamento de Estado de los Estados Unidos quienes señalan que “tratantes en Tlaxcala llevaron a las víctimas de trata sexual a casas particulares para ser explotadas cuando los locales comerciales cerraron debido a la pandemia”. De igual manera, mencionó que preocupan las desapariciones de mujeres, delito vinculado a la trata de personas. 

Asimismo, señaló que urge concluir la revisión y aprobar el Programa para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de los Mismos en el Estado de Tlaxcala, ya que es fundamental para enfrentar a las redes de tratantes y sus consecuencias. En términos de avances recientes, refirió la firma de un Convenio con la Unidad de Equidad de Género de la Secretaría de Educación Pública con el cual se ha de impulsar un Programa de Transversalización de la prevención de la violencia y trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual en la educación básica y media en Tlaxcala. Aunado a ello, junto a las comunidades, están impulsando Agendas locales para atención de la violencia. 

En lo tocante a la devastación socioambiental por la contaminación en la Cuenca del Alto Atoyac generada por las industrias y gobierno, refirió que, a pesar de la grave contaminación y las fallas por parte de la Comisión Nacional de los derechos Humanos en el seguimiento de la recomendación 10/2017 resultado de la queja interpuesta años atrás, actualmente parecen abrirse rendijas de actuación pues están participando en el Grupo de Coordinación Interinstitucional (GCI) integrado por Semarnat, Secretaría de Salud, y Conacyt, desde el que se pretende construir un plan de saneamiento integral y articular las acciones que posteriormente puedan ser referencia en otras Regiones de Emergencia Sanitaria y Ambiental en el país. De igual manera han tenido interlocución con parlamentarios alemanes con quienes han abordado e incidido respecto a los impactos de las empresas de ese país en el ambiente y las personas trabajadoras. 

También señaló que siguen impulsando la Propuesta Comunitaria para el saneamiento, que tiene como un elemento básico la realidad y la participación de las comunidades afectadas ante la devastación socioambiental. Y han tenido contacto con la recién creada Secretaría de Medio Ambiente del estado donde la expectativa es que actúen en lo inmediato en torno al saneamiento de la Cuenca del Alto Atoyac. 

El Centro Fray Julián Garcés invitó a dos expositores a comentar el informe de los XX años. En ese sentido el Rector de la Universidad Iberoamericana Puebla, Mario Patrón, en representación del Sistema Universitario Jesuita, tomó la palabra, en la que recordó que el año pasado el CFJG recibió el Premio Tata Vasco y los motivos que les llevaron a entregar dicho premio: un trabajo comprometido desde la base comunitaria, estrategias claras frente a un sistema hegemónico heteropatriarcal que está destruyendo la vida, y acciones concretas de incidencia que el día de hoy se sintetizan en la aprobación del Programa estatal contra la trata y la concreción del plan de saneamiento de la Cuenca del Alto Atoyac.   

Por su parte Abel Barrera, del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, reflejó en su intervención la indignación que significa la presencia de las redes de tratantes que operan en un estado tan pequeño como el nuestro conectadas hasta lo internacional con el afán de lucrar con el cuerpo humano. De igual manera cuestionó el fin de lucro de las empresas que contribuyen a la destrucción del bien común: el ambiente y seres humanos, donde el empleo que han traído viene aparejado de muerte, colocándose la industria por encima de las personas. A pesar de estas adversidades, mencionó, se encuentra el rostro radiante de la esperanza en las comunidades, porque el “el río tiene que cantar”.

El trabajo del Centro Fray Julián tiene como centro, punto de partida y llegada a las comunidades, sus derechos, la dignidad y el bien común, lo cual se reflejó con su presencia y la ofrenda colocada frente al templete. Después de la presentación del informe se realizó una celebración eucarística, y una convivencia con las personas asistentes, entre las que se encontraron integrantes de grupos comunitarios de pastoral de diversos municipios, de organizaciones como el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, Centro de Desarrollo Educativo Zacatelco, CAFAMI, Centro de Economía Social Julián Garcés, la Red Nacional de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todas y Todos; académicos y académicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma de Tlaxcala, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Tecnológico Universitario del Valle de Chalco; funcionarios/as de la CEDH, Secretaría de Seguridad Ciudadana, Secretaría de Salud, entre muchas otras asistentes. 

Es claro que, como señaló Alejandra Méndez, “la violación a los derechos en las comunidades indigna, la simulación del Estado indigna, la trata y la devastación socioambiental son terribles e inaceptables, mientras que desde las comunidades a la par, alumbramos la esperanza, tejemos estrategias, y, dentro de todo, con alegría celebramos esta lucha por el bien común”. Son 20 años construyendo el bien común, con fuego de esperanza colectiva.