¿Marco Mena tendrá los tamaños para enfrentar a MGZ?

Por Enrique Gasga

Qué difícil deber ser para el gobernador electo de Tlaxcala Marco Antonio Mena Rodríguez el hecho de presidir a partir del primero de enero próximo el puesto político administrativo más importante de la entidad; pero no poder ejercer a modo las facultades que la ley le otorgan debido a la loza que para él representa el marianismo –grupo político al que sirvió-, y cuya herencia de funcionarios está representada por los propios hijos del gobernador saliente Mariano González, así como otros los cuáles seguramente piensan seguir siendo parte del gobierno pese la huella imborrable que les ha dejado un marianismo corrupto, holgazán y destructivo.

El primer reto para Marco Mena evidentemente es sacudirse a quienes formaron parte del gabinete del sexenio marianista y a sus principales funcionarios quienes contribuyeron directamente al atraso, pobreza, inseguridad, corrupción e impunidad que en los últimos seis años se produjeron por todo el estado.

A los saqueadores de fertilizante; a los que con su inacción generaron más pobreza para el estado; a quienes permitieron la entrada de fuertes grupos delincuenciales que hicieron de Tlaxcala un estado golpeado por el secuestro, las desapariciones, el asalto, el robo en sus distintas modalidades, el feminicidio, y muchos otros delitos que cambiaron radicalmente la imagen del estado seguro que tuvo la entidad antes de esto.

A los responsables del mal servicio en los hospitales y centros de salud a cago del gobierno del estado, la falta de medicamentos y diferentes servicios de estudios de laboratorio muchos de los cuales supuestamente el seguro popular no cubría, y que los pacientes, o sus familiares han tenido que pagar.

A quienes sólo estuvieron viviendo del erario público, pero que provocaron un atraso inconcebible en materia de infraestructura y obra pública en la entidad como la construcción de hospitales, escuelas, universidades, entre otras donde los proyectos de este tipo brillaron por su ausencia.

A quienes degradaron al arte y la cultura prefiriendo corromper las instalaciones del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura convirtiéndolo en un salón de fiestas para una boda de personajes cercanos al gobernador que exaltar la labor de los creadores tlaxcaltecas.

Y a muchos otros funcionarios del marianismo, como a quienes se prestaron para los caprichos del Ejecutivo como los numerosos viajes a diferentes países para supuestamente promocionar al estado; pero con la vergüenza  de no generar con estos viajes lo que necesitaba el estado en materia de inversiones; por lo que dichos viajes se convirtieron en viajes de placer.

Para el nuevo sexenio inevitablemente Marco Mena no necesita del lastre que puede representar el gobierno saliente; de ahí que sería un error conservar a funcionarios que han dañado fuertemente a diferentes sectores de la entidad, y que de incorporarlos seguramente vendrían con ellos conflictos gratis para el nuevo gobierno.

Algo muy incómodo para Marco Mena pueden ser los hijos de González Zarur quienes en lugar de convertirse en sus aliados, podrían debido a sus ambiciones personales, a que les interese más proteger la imagen de su progenitor y ocultar sus excesos que colaborar con el nuevo gobernador, se conviertan en dos enormes piedras en el zapato del gobierno entrante.

Ante este escenario que parece nada positivo para el nuevo gobierno, será interesante conocer qué hará al respecto: ¿Marco Mena tendrá los tamaños para enfrentar a MGZ y generar su propio gobierno?; o ¿tendrá la audacia para tender puentes de negociación con las demás fuerzas políticas y tratar de dar estabilidad al estado?

Y otro asunto importante ante este escenario que puede ser adverso para Mena Rodríguez es que sólo tiene cuatro años ocho meses para hacer su propio gobierno; por lo que lo que haga en su primer año será muy importante para visualizar el tipo de gobierno que hará, e indudablemente la conformación de su gabinete será el primer paso importante que ejecutará, y en mucho del cual dependerá si gana credibilidad, o inicia con el pie izquierdo.