Biografías del Poder

Por Fernando Martínez

Moisés Rosalío (a) García

Gobernador Interino del Estado de Tlaxcala (del 5 de enero al 16 marzo de 1933)

Moisés Rosalía García también fue diputado federal y a su iniciativa se autoriza, al ejecutivo estatal, para destinar una partida para la erección de un monumento al Coronel Felipe Santiago Xicoténcatl.

Retrato de la Galería de los Ex Gobernadores. Palacio de Gobierno.

En 1930, Marcos Hernández Xolocotzi reaparece en la escena política, practicando su vocación de luchador social, organizando la protesta estatal contra el impuesto sobre animales y terrenos, que había propuesto el Diputado Moisés Rosalía García.

El 30 de enero de 1933, el Presidente alemán Paul Von Hindenburg nombra canciller a Adolf Hitler. En aquél momento Hitler era el líder del Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (partido nazi) y a partir de ese momento viene su ascenso al máximo poder y representatividad del nazismo; mientras ello ocurría, en Tlaxcala gobernaba de manera interina Moisés Rosalía García. En enero 1933, se lee en la Cámara de Diputados: «Los C.C. Adrián Vázquez Sánchez y Diputado Moisés García, así como la Diputación Permanente del Congreso de Tlaxcala, envía telegramas relativos a la entrega que el primero, como Gobernador Constitucional y en virtud de licencia que se le concedió, hizo al segundo del Poder Ejecutivo de esa Entidad. – De enterado.»

Moisés Rosalía García también fue Diputado Federal y a su iniciativa se autoriza, al Ejecutivo Estatal para destinar una partida para la erección de un monumento al Coronel Felipe Santiago Xicoténcatl. «Proyecto de Decreto del Diputado Moisés García, autorizando al Ejecutivo de la Unión para que, con cargo al presupuesto de egresos en vigor, se erija un monumento en la Ciudad de México a la memoria del C. Coronel Felipe Santiago Xiconténcatl«.

«Moisés Rosalía García, Diputado en ejercicio por el 1er. Distrito Electoral del Estado de Tlaxcala y ante vuestra soberanía, respetuosamente, expone: que para honrar la memoria del ilustre Coronel Felipe Santiago Xicoténcatl,’ Héroe máximo de la jornada épica del 13de septiembre de 1847 en Chapultepec’, muerto en defensa de la soberanía nacional, como jefe del heroico batallón de ‘San Blas’; atendiendo a que no obstante haber transcurrido un siglo, no se ha efectuado un homenaje digno de su noble acción, a pesar de los generosos esfuerzos que para exhumarlo del olvido ha venido realizando la Asociación del Colegio Militar, desde el año de 1927, al descubrirse sus restos en la Necrópolis de San Fernando de esta capital, por el C. General Juan Manuel Torrea, entonces Presidente de la Comisión de Investigaciones Históricas del primer Instituto Militar del País, así como de sus propias gestiones para elegir un monumento digno de su valerosa hazaña; idea acogida con simpatía, pero desafortunadamente aún no realizada, la cual ha sido nuevamente prohijada en el seno de la Asociación, que al llevar su nombre, pretende se glorifique perennemente su memoria, y considerando que ninguna ocasión más propicia para hacerlo, que la celebración del primer centenario de su sacrificio en aras de la patria, interpretando además, los nobles deseos del pueblo de Tlaxcala, cuna de su nacimiento, hemos estimado necesario, que para perpetuar el heroísmo del Coronel Xicoténcatl, se le erija un monumento por la Nación mexicana.

Por lo que, con las representaciones indicadas, me permito someter a la consideración de ustedes, con dispensa de trámites, el siguiente proyecto de Decreto: Artículo único. Se autoriza al Ejecutivo de la Unión, para que con cargo al presupuesto de egresos en vigor, asigne una partida, que se destinará a la erección de un monumento en la Ciudad de México, a la memoria del C. Coronel Felipe Santiago Xicoténcatl, con motivo del primer centenario de la Batalla de Chapultepec. México, D.F., noviembre 7 de 1946. – Moisés García«.

Y se continúa debatiendo en el Congreso de la Unión. “Se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Dispensados. Está a discusión.

El C. Gómez del Campo Ignacio: Pido la palabra para una aclaración sobre el mismo asunto.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Gómez del Campo Ignacio: Señores diputados: “El próximo año se cumplirá el centenario de estos hechos memorables. Yo creo que procede esa solicitud del compañero Rosalía Moisés García, pero creo que merece estudiarse con más detenimiento, en virtud de que también debemos honrar la memoria de los Niños Héroes, la del soldado desconocido de aquellas batallas, porque, justo es decir, esos hechos no han sido glorificados como debieron serlo. De modo que, creo, que esta petición del compañero Moisés García, debe ser estudiada detenidamente. Se trata de hechos que tuvieron una gran trascendencia para la República mexicana y, cuando se celebre su primer centenario, debemos hacerlo glorificando a los que en ellos se distinguieron; por ejemplo: entre los nombres ilustres que aquí se encuentran, con extrañeza he visto que no figuran los nombres de los Niños Héroes, ni el del Coronel Felipe Santiago Xicoténcatl. ¿Qué no sería conveniente que también allí figuraran? en fin, al dársele el trámite a esa solicitud, pido que se ponga mucho estudio, mucho cariño y mucho patriotismo en su estudio’.

El C. secretario Gómez Rafael: ‘En virtud de que se han dispensado los tramites, se pregunta si se aprueba la proposición del compañero Moisés García; en la inteligencia de que el compañero Gómez del Campo, puede presentar más tarde todas las iniciativas que él guste. Se va a proceder a recoger la votación nominal’, hasta aquí el debate en la Cámara de Diputados.

Adrián Vázquez Sánchez agregó que era necesario nombrar un gobernador provisional que se hiciera cargo del Poder Ejecutivo a partir del 15 de enero de 1933. Y el elegido era nada menos que otro miembro del Partido Socialista de Tlaxcala, Moisés Rosalía García. Pero hubo otros ingredientes que contribuyeron a hacer más suculento el conflicto. El decreto del gobernador, a pesar de haber sido redactado el 24 de diciembre de 1932, se promulgó el 2 de enero de 1933, y el periódico oficial del gobierno de Tlaxcala alargaría el compás de espera ya que no lo publica sino hasta el 11 de enero. Un factor adicional radicaba en que el decreto del gobernador señalaba que Moisés Rosalía García debería de presentarse a tomar la protesta de ley el 14 de enero, justo a la medianoche. Como se ha visto, el gobernador Vázquez Sánchez, prócer del socialismo en Tlaxcala, había expedido un decreto distinto al que el Congreso local había redactado inicialmente. No obstante, el decreto del 24 de diciembre, expedido por el gobernador, también tendría el visto bueno del Congreso local. Ello demostraba que evidentemente existían 2 Decretos núm. 160 avalados por el Congreso local. Sin mayores preámbulos, el general Adolfo Bonilla se presentó en la Secretaría de Gobernación con el Decreto inicial que lo favorecía, en señal de legítimo triunfo. Las consecuencias no se hicieron esperar. Los medios periodísticos darían a conocer el 5 de enero de 1933 una noticia trascendental: la renuncia intempestiva de Adrián Vázquez Sánchez, baluarte del socialismo en la entidad, y que el Congreso local había designado a Moisés Rosalía García para sustituirlo. Con lo que si bien el gobernador constitucional dejaba el poder, adelantaba de hecho el ascenso de Moisés Rosalía García a la gubernatura. Así, este se encumbró en la gubernatura el 5 de enero de 1933, a más de que uno de los decretos núm. 160 también le reservaba la gubernatura a partir del 14 de enero a la medianoche. La treta de Adrián Vázquez Sánchez consistía en que si la gubernatura no era para­ el candidato del Partido Socialista de Tlaxcala, tampoco tenía que ser para el del Partido Reconstructor Antirreleccionista, general Adolfo Bonilla. Ante tanta confusión, la Comisión Permanente en la capital de la República torno cartas en el asunto. El 16 de enero de 1933, Abelardo L. Rodríguez simple y sencillamente decreto la desaparición de los poderes en la entidad. Los argumentos utilizados giraron en torno a la multitud de irregularidades habidas en las elecciones para gobernador y los evidentes actos de indisciplina hacia el Partido Nacional Revolucionario. De inmediato se abocó a integrar la terna para designar a un gobernador provisional. La terna que fue propuesta incluyó al coronel Tomas Sánchez Perea, a Modesto González Galindo y, paradójicamente, a un miembro prominente del Partido Socialista de Tlaxcala: Mauro Angulo. Y precisamente este último seria el elegido… En el inter, el PNR llevaría a cabo una purga de sus miembros, entre ellos del exgobernador Adrián Vázquez Sánchez y de quien fuera gobernador por diez días, Moisés Rosalio García, y de paso de los diputados locales implicados en la vendetta y probablemente también de otros miembros distinguidos del Partido Socialista de Tlaxcala. Mauro Angulo ascendió al poder seguramente despojado de su filiación socialista, ya que fue utilizado por la federación para golpear sus ex camaradas en las filas del socialismo. Para asestarles la puñalada final. Sobra decir que solo permanecería en el poder el tiempo necesario para entregárselo al general Adolfo Bonilla… El 10 de abril de 1926 se celebró en la ciudad de Tlaxcala una asamblea general extraordinaria entre los principales políticos de la entidad para discutir los Estatutos del nuevo Partido Socialista de Tlaxcala. Al término de la asamblea, ya con los estatutos redactados, se lanza un manifiesto dirigido a todos los ciudadanos. En él, además de dar a conocer la noticia del nacimiento del Partido Socialista de Tlaxcala, se presentaba como candidatos a senadores al ex gobernador Rafael Apango y a Dionisio Galicia y como diputados federales a Santiago Meneses; a Moisés Rosalío García ya Juan Vázquez y Ramírez… La Secretaria de Gobernación no tuvo objeción alguna y le otorgo el registro el 18 de junio de 1926. Como presidente del nuevo partido figuraba J. Natividad Nava; como vicepresidente, Adrián Vázquez Sánchez; tesorero, Fernando Carvajal; secretario general de Acción Social, Filiberto E. Arena; secretario general de Acción Política, Heriberto V. Vázquez; se mencionaba además a otros políticos en otros puestos no menos importantes, como Dionisio Galicia, Moisés Rosalía García, Rafael Apango, Petronilo Serrano, etcétera… Ahora bien, lo que habría que preguntarse es de quien fue la iniciativa. En la documentación existente en la Secretaria de Gobernación, aparecen como responsables tres personajes. Se trata del propio gobernador en funciones, Ignacio Mendoza, de Adrián Vázquez Sánchez y de J. Natividad Nava. Curiosamente, los tres políticos llegan a ocupar la gubernatura de la entidad. Pero a su sombra destacaban otros figurones prominentes, como Moisés Rosalio García, Mauro Angulo y Rafael Apango, quienes también llegaron a ocupar la gubernatura. Al parecer, el gobernador de Tlaxcala era el responsable directo de tal iniciativa. Prueba de ello es que una vez que deja la gubernatura a principios de 1929, es designado presidente del Partido Socialista de Tlaxcala. En enero de 1929 eleva a la gubernatura a uno de los principales próceres del socialismo: Adrián Vázquez Sánchez. Este gobernador, atento al movimiento político nacional, envía en febrero de 1929 a Querétaro a Moisés Rosalio García y a José María Suarez en calidad de delegados para la constitución del Partido Nacional Revolucionario. Sobra decir que a partir de entonces el Partido Socialista de Tlaxcala queda adherido al PNR”, se destaca en el libro: ‘El socialismo en Tlaxcala, 1926-1933’. Mario Ramírez Rancaño.

“Pero, apenas en 1930, y a consecuencia de la crisis económica que agobiaba al país, (el gobernador) Vázquez Sánchez intentó imponer, por sugerencia del diputado Moisés Rosalío García, un rígido e injusto sistema arancelario, lo que provocó la inmediata reacción de las organizaciones obreras y campesinas, mismas que estuvieron a punto de derrocar al entonces novel gobernador. La oportuna derogación de tal propuesta tributaria por parte del Congreso local permitiría que Vázquez Sánchez conservara el poder hasta el año de 1933”, se destaca en el artículo ‘Cine y propaganda política regional: el caso de Alma Tlaxcalteca (Ángel E. Álvarez, 1931)’ de los investigadores Eduardo de la Vega Alfaro y Rosario Vidal Bonifaz, de fecha 04 de septiembre de 2007.

Durante el mandado interino de Moisés García en Tlaxcala, en el ámbito jurídico y en relación a un Amparo penal, en revisión número 1197/32. Fechado el 26 de enero de 1933. Por unanimidad de cuatro votos, sin embargo en la publicación no menciona el nombre del ponente, se destaca: ‘legítima defensa, exculpante de…, en Tlaxcala’. “Para que un acusado pueda alegar la exculpante de legítima defensa del honor, es indispensable que haya repelido una agresión actual, inminente, violenta y sin derecho y que, además, se hayan reunido las cuatro condiciones específicas a que alude la parte final de la fracción VIII del artículo 34 del Código Penal de Tlaxcala. Ahora bien, si el acusado obró en virtud de injurias que le fueron proferidas por el ofendido, este hecho no justifica la exculpante de que se trata, ya que las injurias, por graves que sean, no constituyen una agresión, por no equivaler al acometimiento material de que es víctima una persona”.