Inseguridad e inactividad de Mena no ayudan al PRI

Por Enrique Gasga Ventura

Al viejo estilo priista que no ha querido cambiar, y de perder el control del país en las próximas elecciones, quizá aunque quisiera ya no podrá hacerlo, porque para muchos analistas incluso podría desaparecer en los próximos años por el enorme rechazo del electorado; el gobierno de Tlaxcala encabezado por Marco Antonio Mena a más de un año de haber llegado al poder continúa en la luna de miel mientras la entidad vive una agresiva inseguridad en varios rubros, y una presencia delictiva creciente ante la pasividad del gobernador; situación que perjudica aún más al PRI que necesita urgentemente recuperar credibilidad.

Luego de que Tlaxcala era una de las entidades más seguras del país; bastó un sexenio el de Mariano González caracterizado por haber permitido el incremento desmesurado de la actividad delictiva en la entidad; y por evadir su responsabilidad al frente de su gobierno en prácticamente todos los rubros importantes afectando los servicios de salud y públicos; así como la economía del estado, y lo que derivó en las graves condiciones de inseguridad que se viven en Tlaxcala.

En el caso de Marco Mena como sucesor de Mariano González a más de un año de gobernar la entidad, la inactividad del presente gobierno; así como la falta de voluntad para atacar la problemática existente; han contribuido a que continúe el incremento de inseguridad en los principales rubros: salud, educación, procuración de justicia, infraestructura e inversiones, entre otros.

Lo anterior además de que Marco Mena no ha iniciado alguna investigación específica contra los ex funcionarios marianistas ni contra el propio González Zarur por los cientos de millones de pesos que no fueron comprobados por el anterior gobierno de acuerdo a los informes presentados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

Es así que en la presentación de su primer informe de actividades, el gobernador Marco Mena presentó un documento con acciones verdaderamente miserables en comparación con las necesidades -al menos las más urgentes-, de las familias tlaxcaltecas.

A grandes rasgos sólo informó el resultado de programas institucionales; pero más allá de esto, algo importante para atacar al menos alguno de los muchos problemas existentes como las múltiples desapariciones de personas, los feminicidios; o la presencia de la delincuencia organizada, sólo por dar unos ejemplos, de eso no hubo nada.

Lo único positivo, por decirlo así, fue el anuncio que hizo de propuestas para este año; sin embargo, este documento llegó con un año de retraso; ya que el primer año de su gobierno fue prácticamente un año perdido, y hoy sólo tenemos que conformarnos con las promesas para este año.

En este contexto para el priismo que como en México, en Tlaxcala no tiene nada que presumir, al contrario tiene que cargar con los excesos de Mariano González; así como con la apatía, falta de voluntad y proteccionismo hacia Zarur del actual gobernador Marco Mena; esto cuando el PRI está al borde del hundimiento.

Sin embargo, tal apatía y falta de voluntad de enfrentar los problemas que aquejan a los ciudadanos en la entidad por parte del actual gobierno parece no afectarles tanto.

Y es que la historia moderna de la política en México ha mostrado que pese a la caótica situación que viven millones de mexicanos víctimas de los pésimos gobiernos priistas; finalmente parece que con unos pesos se puede obtener su voto.

Y así ha sido que los gobiernos priistas han permanecido en el poder cerca de cien años; y aunque perdieron la presidencia de la República en el 2000, la recuperaron.

Hoy quizá en Tlaxcala los priistas le apuestan todo a la operación de compra de votos para recuperar senadurías y diputaciones federales; así como obtener triunfos en las elecciones locales y obtener votos para Meade a la presidencia de la República.

Eso quizá en parte explica el exceso de confianza del gobernador Marco Mena quien ni siquiera tuvo que hacer al menos alguna obra importante para Tlaxcala en su primer año de gobierno, ni aplicar justicia a los múltiples casos de desaparición, feminicidio, homicidio, extorsión, robo, entre otros graves delitos lamentablemente comunes ya en el estado, para generar confianza en los ciudadanos rumbo a las elecciones del próximo primero de julio.

Lo cierto es que actualmente en México como en Tlaxcala la ciudadanía se siente defraudada por este tipo de gobiernos que se enriquecen a costa de la pobreza y dolor de las familias, y cuya insensibilidad inhumana desde hace décadas ha sido el rasgo distintivo de los gobiernos del PRI; sin embargo el día de las elecciones el elector tendrá la última palabra.