Opinión de la Dra. Elsa Martínez Flores.
La Inteligencia Artificial ya no es una promesa futurista: en México empieza a tocar uno de los terrenos más sensibles: el Derecho, que va desde la gestión de expedientes hasta el análisis de patrones en sentencias. La IA abre la puerta a una justicia más eficiente y pronta.
Un caso que llama la atención es el de Alejandro Salinas de León, ingeniero físico y abogado, quien a sus 24 años investiga temas de Inteligencia Artificial aplicada al derecho, justicia algorítmica y reducción de sesgos en modelos de IA (especialmente en lenguaje natural).
Salinas propone que quienes estudian Derecho aprendan probabilidad, programación y álgebra lineal (“Mexicano innova en Derecho, Analiza leyes en Stanford’”, El Universal, 16 de diciembre de 2025, p.U-7).»
La idea es poderosa, pero choca con una realidad conocida: muchas personas eligen esta carrera precisamente porque su vocación está en las letras, la argumentación y las normas, no en las matemáticas.
Aquí surge el verdadero reto: ¿cómo generar interés sin traicionar la esencia humanista del derecho? La clave no está en enseñar matemáticas «puras», sino en mostrar cómo estos saberes ayudan a detectar discriminación algorítmica y proteger a las personas frente a sistemas opacos.
En el contexto mexicano, la IA puede utilizarse en momentos muy concretos: apoyo en la revisión de casos repetitivos, detección de inconsistencias procesales o análisis de criterios judiciales, siempre como herramienta auxiliar y nunca como sustituta del juez.
Más que imponer materias técnicas, el tronco común en Derecho podría integrar cursos híbridos como derecho y datos, ética algorítmica o fundamentos de IA aplicada a la justicia, donde la tecnología se entienda como un medio para fortalecer derechos.
Pensar el futuro del derecho implica aceptar que la justicia del siglo XXI será interdisciplinaria. La IA no exige que las y los juristas dejen de serlo, sino que amplíen su mirada para seguir garantizando justicia y dignidad humana.
MENSAJE. Con esta reflexión cierro mi última columna del año. Durante las próximas dos semanas haré una pausa en este espacio y regresaré a principios de enero. Muchas gracias a quienes me leen; les deseo felices fiestas y un excelente inicio de 2026.




