Antonio Álvarez Lima: el Bartlett de Tlaxcala

Autor: Enrique Gasga

Un político y ex gobernante gris, desarraigado de Tlaxcala por muchos años, oportunista y que sin un trabajo a favor de la entidad tlaxcalteca que lo haya respaldado para alcanzar los importantes puestos que llegó a ocupar en el gobierno en los tiempos más fructíferos para el salinismo en México; en que la figura del ex presidente Carlos Salinas de Gortari dominaba la esfera política, ese es José Antonio Álvarez Lima que al igual que Manuel Bartlett Díaz, llegó en 1992 a alcanzar la gubernatura de Tlaxcala, y el segundo de Puebla; hoy ambos se visten con la ropa de morenistas; pero siendo los mismos dinosaurios priistas de siempre.

En este contexto, hacer una recopilación de la trayectoria política y de gobierno en favor de Tlaxcala por parte del ex gobernador priista José Antonio Álvarez Lima sería un tanto ocioso; ya que una gran parte de su vida ni siquiera estuvo en Tlaxcala.

Sin embargo como “negociador”, que él mismo se considera según una entrevista publicada recientemente en un medio de comunicación local, sin duda es lo que le ha valido -y no el escaso trabajo por la entidad-, el haber tenido la oportunidad de ser gobernador, y de obtener otros puestos importantes fuera del estado y el país.

Así es que Álvarez Lima ha obtenido mucho del estado como gobernador y embajador entre otros puestos en la administración pública; el problema es que muy poco, o nada ha tenido Tlaxcala de él.

Cuando iniciaba su adolescencia se fue de Tlaxcala para radicar varios años primero en el norte del país, y después en la Ciudad de México donde concluyó sus estudios universitarios e inició con su vida laboral con puestos directivos.

En aquellos años Carlos Salinas de Gortari prácticamente apadrinaba los grandes puestos políticos y de gobierno, y es precisamente a principios de los años noventa cuando sin contar con una trayectoria política y en la administración pública en Tlaxcala, Álvarez Lima es designado candidato a la gubernatura de Tlaxcala en 1992.

Y en 1993 inició su administración como gobernador; momentos del PRI salinista que calificaría según una entrevista publicada en el periódico digital Quadratín Tlaxcala acerca de ese pasado priista: “el PRI que yo conocí hace muchos años ya desapareció, ahora se trata de un grupo mafioso que utiliza esas siglas”, según expuso.

Después de concluir su administración como gobernador del estado, José Antonio Álvarez Lima es nombrado embajador de Portugal por el entonces presidente Ernesto Zedillo, después decide por razones personales separarse de la política, y vuelve a desarraigarse de Tlaxcala, esta vez por aproximadamente veinte años, y en Tlaxcala poco, o nada se sabía de él.

Sin embargo, apenas hace unos tres años decidió regresar a la entidad con su única presencia en la esfera pública a través de un espacio en medios de comunicación; pero sin una labor política ni de servicio al estado.

Y de pronto, en este año fue incluido en la ola morenista como candidato al senado de la República por MORENA beneficiándose del efecto de Andrés Manuel López Obrador, y que como muchos candidatos improvisados, desarraigados, inactivos en la vida política, lograron obtener un triunfo electoral que en modo alguno merecían.

Es claro que de no haber sido por el efecto obradorista José Antonio Álvarez Lima no hubiera podido ganar la senaduría ni al candidato del partido más débil.

En el caso de Manuel Bartlett Díaz a diferencia de Álvarez Lima, tiene una amplia trayectoria en la administración pública, desde haber sido coordinador de la campaña presidencial de Miguel De la Madrid para luego convertirse en su Secretario de Gobernación; y ser el encargado de organizar las elecciones presidenciales de 1988 que fueron las más dudosas, y para muchos ilegítimas de México en que se le dio el triunfo a Salinas de Gortari.

Salinas de Gortari incorporaría a Manuel Bartlett a su gabinete como Secretario de Educación Pública (SEP), y en 1992 fue apoyado por el salinismo para llegar a la gubernatura de Puebla. Hoy Manuel Bartlett ha sido designado por López Obrador para ser el titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), esto según se ha visto a disgusto no sólo de la opinión pública; sino de los propios morenistas.

Evidentemente la trayectoria de Manuel Bartlett no se compara con la de Álvarez Lima que ha estado por décadas desarraigado de la política y de Tlaxcala.

Pero sí hay similitudes, como el hecho de haber estado ligados directamente al salinismo, de haber sido apoyados por Carlos Salinas de Gortari para ser gobernadores priistas en la década de los noventa.

Hay una similitud más, una muy fuerte, y que es el desprestigio que le están generando a MORENA y a Andrés Manuel López Obrador; estos dos dinosaurios priistas que mucho le deben a los mexicanos, a los poblanos en el caso de Bartlett, y a los tlaxcaltecas en el caso de Álvarez Lima, y que ya le están debiendo mucho muchísimo a MORENA.

Y que tanto a Bartlett como a Álvarez Lima más bien les conviene pasar desapercibidos en el sexenio que está por iniciar; ya que poco, o nada están ayudando a la imagen del gobierno de López Obrador, que antes de iniciar su presidencia de la República ya la han empezado a ensuciar.