Economía. Tlaxcala y el Mundo.

Por José Luis Parra Gutiérrez

LIBERTAD, JUSTICIA, DEMOCRACIA Y GLOBALIZACION…

Con el beneplácito de los agresores extranjeros,

el enemigo no está afuera. Esta adentro en cada nación

en dos cajitas. Una, donde las élites

someten a la sociedad y la otra, donde los partidos políticos,

en vez de sumar fuerzas por la grandeza nacional,

se desgastan en luchitas seculares de poder y beneficios personales

entre intrigas y sobornos. Así entonces,

el muro en la casa del señor Trump, no es importante.

La tragedia en América Latina, son la pobreza,

la falta de escolaridad, tecnologías y la concentración de la riqueza;

muros, levantados por los gobiernos nacionales, las élites empresariales,

y militares.

Pablo Hughes Reyes (Uruguay 1946)

Los jóvenes no seducidos por la globalización; las fuerzas liberadoras…

Con la ayuda de diversos autores y estudiosos expondremos a usted varios conceptos importantes que la gente hoy aturdida, confundida y hundida en el egoísmo del dinero está olvidando para beneficio de la llamada globalización, como etapa superior del capitalismo mentidor, concentrador de la riqueza,  embaucador, creador de ejércitos de súbditos, depredador de la humanidad y de la naturaleza.

A la tlaxcalcana definiremos algunos conceptos. Libertad, disposición de cada individuo para construirse a sí mismo y hacer su aportación a la sociedad sin limitaciones gubernamentales de salud, educación, conocimientos, finanzas y de información.

Justicia. Dar a cada quien lo que le corresponde y exigir a cada quien su aportación para el mejoramiento social.

Legalidad. La interpretación justa de la ley y los hechos (cuya secular persistente interpretación equivocada, genera injusticias. En México, tales como pérdida del 53% del territorio nacional, concentración de la riqueza (55%/PIB) en el 0.3% de la población. Exclusión universitaria del 85%, endeudamiento gubernamental 60%/PIB, etc.).

Democracia. Ejercicio de la voluntad de la mayoría a través de un gobierno. Lo contrario, sería, nanocracia y uno de sus vicios más frecuentes, la cleptocracia.

Globalización. Es la bautizada etapa superior del capitalismo como un proceso de las élites gubernamental, empresarial y militar que pretenden el sometimiento de la humanidad basado en la suficiencia de capitales, de tecnologías, corrupción, endeudamiento e invasiones militares.

Vayamos ahora, adelante con la ayuda de google y quienes ahí publican. Desde el punto de vista de la filosofía, diríamos que Sócrates se da cuenta que el conocimiento en cada individuo es condición de libertad y que la ignorancia, por el contrario, esclaviza y nos hace dependientes; ata la libertad a algo o a alguien. Un individuo, sin conocimientos de sí y del mundo, es como un barco a la deriva: no va donde quiere, sino a donde lo llevan los “poderes” institucionales; y, por lo tanto, no es libre.

Por lo anterior, es que el gobierno mexicano, como representante de las élites, no de la población, es que fortalece la pobreza y el endeudamiento, la baja escolaridad para la compra de votos fáciles y baratos y otras calamidades institucionales además, con dinero que los propios perjudicados aportan como contribuciones fiscales. En otras palabras, los mexicanos, pagan, para financiar sus gobiernos represivos y empobrecedores.

Así Sócrates (Grecia 470-399), insiste en el vínculo de la libertad, el conocimiento y la moral; aunque ésta frecuentemente es manipulada por la religión, los medios masivos de información e instituciones escolares, cual partes integrantes de una estructura esclavizante, oscura e inmoral del poder de la época.

Recordemos. Que Carlos Marx (Alemania 1818-1883), entendía la libertad como el control de cada individuo sobre las fuerzas que le quitan su independencia, alienando al hombre, haciéndolo perder su identidad, origen, destino, cooperación, fraternidad, patria y superación colectiva.

La libertad en esta concepción marxista, tiene dos aspectos: 1º, el ser capaz de dominar la naturaleza, a través del desarrollo de las fuerzas productivas, y 2º, la eliminación de las fuerzas sociales alienadas que la promueven, como forma de gobierno para someter una minoría represiva, a la mayoría.

De este modo, es el hombre quien controla su destino y la historia. El hombre es el único actor-autor de la historia y la libertad determina el destino individual y social. La libertad es autodeterminación, entendida como proceso colectivo. La libertad de Marx, se opone a la irracionalidad del azar que promueve la globalización a través de la confusión, la pérdida de identidad individual y nacional; la violencia, la pobreza, el exceso de información falsa y banal para la toma de decisiones vitales, etc.

Michel Foucault (Francia 1926-1984), afirmaba que la libertad no es una condición dada y fija del ser humano sino que como éste, la libertad es una práctica abierta y permanente en el saber, el poder y el cuidado de sí. Sobre este particular, diríamos en el aula que, la libertad, hay que ejercerla para que exista; y si no se ejerce por el titular, otros la utilizan en contra del omiso.

¿Puede hablarse, de libertad en general o, habrá que restringirla sólo a algunos miembros de la sociedad?.

Para atender esta pregunta, Zygmunt Bauman (Polonia 1925-2017) explora la relación entre libertad e identidad.

¿Quiénes son los sujetos de libertad?. El profesor Bauman, dice que en la actualidad, la identidad frecuentemente la crea el mercado donde existe un abanico de opciones para elegir y, una vez que se ha elegido, la identidad seleccionada puede hacerse real (simbólicamente, como una imagen perceptible) realizando las compras necesarias del estatus y sometiéndose a las tareas requeridas.

Incluso aquellos que ejercen su libertad pretenden diferenciarse del resto, con paquetes de símbolos de identidad prediseñadas que admiten una gran cantidad de “combinaciones únicas”, según la mercadotecnia disponible.

Quizá el ejemplo más claro se encuentre en las propuestas para modelar el cuerpo. Hoy puede tenerse cualquier cuerpo, siempre y cuando esté en condiciones de pagarlo. Recuerde usted esa frase de los filósofos de Tepito: no hay mujer fea; solo hay maridos pobres.

Cirugías, gimnasia, tinturas, cosméticos ponen al alcance del consumidor la posibilidad de hacer “real la fantasía” de ser quien desee ser (solo para los que pueden pagar, mientras otros, apenas logran comer e ir a alguna pobre escuela gubernamental en Tepito o de México).

Este “matrimonio” entre libertad, identidad y consumo da lugar a un modo de control social que opera subterráneamente, con seducción, sin represión explícita. Pero la seducción tiene sus límites, el principal de los cuales es el poder adquisitivo. ¿Cómo controlar a aquellos que no pueden entrar en la bodega del consumo?. Aplicando métodos más tradicionales, pero igualmente seguros: vigilancia, castigo, elecciones “orientadas”, alcohol, futbol, novelas tv, sexo frustrado-moral, etc.

Quien está entregado a la construcción de sí mismo a través del consumismo, nada quiere con lo público ni social; pero requieren servicios públicos. Por otro lado, los más pobres, no pueden contar con esos apoyos o sólo reciben la versión represiva. En una sociedad de consumo, la pobreza significa incapacidad social y política; primero, causada por la incapacidad para desempeñar el papel de consumidor, y luego como de falta de autonomía y libertad.

Nuestro profesor Bauman, dice que libertad significa la capacidad de decidir y elegir, pero condicionado porque:

  1. Los resultados de mis actos y los de los demás, dependen siempre de otras personas que controlan las posibilidades.
  2. La libertad de actuar, no depende de lo que hago, ni de lo que tengo, sino de lo que Soy.
  3. Al ser miembro de un grupo, éste me permite actuar y al mismo tiempo restringe mi libertad, pero integrarme a él no es un acto de libertad, sino de dependencia a él (gobierno?) que:

* establece el marco para ejercer mi capacidad de libre elección;

* provee algunos medios para conseguir lo que quiero.

* proporciona los criterios de jerarquía sobre las personas y cosas relacionadas a los fines.

* delimita mi mapa del mundo (incluidas rutas, reglas y habilidades).

 Y es a través de este juego, que el niño adquiere hábitos y destrezas inculcadas por el mundo social exterior, así como la capacidad de actuar como una persona “libre”, pero que experimentará la contradicción como un conflicto interior entre lo que se debe hacer y lo que se siente obligado a hacer.

El sociólogo de la “realidad liquida”, echando humo, parece decir: fumando explico; en vez, de “fumando espero, al hombre…” con su libertad. Así, Zygmunt Bauman considera que en los últimos años las sociedades occidentales han vivido “en un mundo irreal”, en el que se pensaba que el crecimiento era ilimitado y, de repente, hay un shock y la gente se da cuenta de que el hoy es malo, mañana será peor y pasado mañana puede  llegar el apocalipsis. Sostiene que vivimos en un mundo como de alquiler, en el que todo se mueve con ansias rápidamente, con cambios que no se esperan o que no se sabe si vendrá lo prometido.

Un mundo que ha definido como un “interregno” de anarquía y fuerzas desenfrenadas que no pueden detenerse en el que se ve que las cosas que se han hecho hasta ahora no han funcionado para bien de la humanidad y que no se ha encontrado aún la manera de hacer un mundo diferente.

Bauman, pesimista, alguna vez dijo que: ahora la gente quiere más seguridad, que libertad; dos conceptos complementarios pero opuestos y, que hemos vivido “un mundo de ilusión” generado por las tarjetas de crédito, que nos roban la libertad a través de una carrera consumista y banal de endeudamiento gubernamental y personal. Considera un error, ir de la cultura del ahorro y la auto-proteccion, a la cultura del crédito, la dependencia y la sumisión bancaria.

El actual “boom” del bienestar se ha basado en que gastamos más de lo que ganamos, pidiendo préstamos a expensas de nuestra libertad, e igual, los gobiernos endeudando a nuestros nietos, que pagarán los excesos de este consumismo, la corrupción y su falsa abundancia.

Bauman, recordó que en los años 70 el capitalismo buscaba “tierras vírgenes” para expandirse y creó la  tarjeta de crédito, para recibir utilidades de cualquier cantidad con solo elevar las tasas de interés del dinero. Así, las personas se transformaron en súbditos que piden dinero creándose deudas impagables.

Además, el sistema crediticio “asegura” a sus clientes que la deuda no es ningún problema, con lo que las personas se convierten en víctimas de una mentira o, en tontos. El capitalismo, para fortalecerse busca

crear nuevas “tierras vírgenes”, sin convencimientos militares, salvo que no haya pagos nacionales y cárcel o desprestigio para las personas deudoras. Los sobornos, son ahora los mejores representantes bancarios ante los gobiernos.

Existe ahora un “divorcio” entre poder y política” porque el poder se ha evaporado en el ciberespacio y la política, sufre un déficit de poder real y directo concentrándose en una tecno-nanocracia. Sostiene Bauman, que lo más importante a resolver durante el siglo será “volver a unir poder y política” como resultado de voluntades humanas y no de poderosos aislados sin el calor humano de la cooperación y el destino común.

 La globalización crea confusiones con informaciones excesivas y falsas y entonces la gente busca su identidad, seguridad y libertad; y, saber conquistarlas, es el reto de hoy contra la globalización y lo que representa. En este contexto, la democracia, igual, es una ilusión impedida por las políticas gubernamentales de baja escolaridad y fortalecimiento de la pobreza.

La libertad, pues, es un concepto que hay que conquistar, no existe por sí. Las leyes la “otorgan” dentro de una frontera de posibilidades limitadas reales o falsas. Por ello hay que conocerla y exigirla. Los mexicanos por ejemplo, tienen libertad de tránsito para viajar, pero, no pueden ejercerla porque no tienen recursos ni para transportarse; asistir a conferencias, reuniones, seminarios o diálogos internacionales. Las leyes señalan la obligatoriedad de la educación, pero, no hay espacios para inscribirse y además, la pobreza impide cursarla por la necesidad de trabajar para la propia sobrevivencia dentro de un marco de “auto-culpas” impuestas por no contar con estudios universitarios y así, aceptar salarios que perpetúan la pobreza. ¿Usted qué opina?.

Centro de Estudios Eduardo Galeano

“Ciencia es independencia para la democracia en la economía”