Sindicalizados sin garantías y a la deriva

Por Enrique Gasga

Desde hace unos años en los gobiernos estatales y municipales los trabajadores sindicalizados poco a poco han ido dejando de contar con la garantía de una “base” sindical que los proteja de ser despedidos, ya que antes el gobierno que se atrevía a quitar dicha garantía a algún sindicalizado se echaba al sindicato encima; pero hoy en Tlaxcala como en muchas entidades cientos de este tipo de trabajadores se encuentran a la deriva debido a que los gobiernos en turno ya no respetan dichos puestos, y los líderes sindicales han ido cambiando la defensa de sus agremiados por la del gobernante, o la creación de bases sindicales han sido producto de actos ilegítimos.

Lo anterior prácticamente ha tirado a la basura los logros conseguidos por la lucha sindical que nació para la defensa del trabajador.

Sin embargo, en los últimos gobiernos principalmente en los municipios, se ha hecho evidente la presunta incorporación de nuevas plazas sindicales en forma ilegítima con el auspicio tanto del sindicato como del gobierno.

Esto ha creado uno de los principales problemas que hoy prácticamente todos los Ayuntamientos de Tlaxcala presentan que es la enorme cantidad de trabajadores sindicalizados; así como de los laudos producto del despido injustificado de personas basificadas por anteriores administraciones, y cuyos pagos están afectando drásticamente al erario público.

En la reunión que hace poco se llevó a cabo entre los sesenta alcaldes de la entidad y el gobernador del estado Marco Antonio Mena; los munícipes le manifestaron como uno de los principales problemas que están enfrentando en este inicio de su gobierno, el que representa el elevado número de sindicalizados heredados por su antecesor, pero en el que poco puede hacer el Ejecutivo estatal más allá de ser mediador en estos conflictos.

El escenario que se vive en la mayor cantidad de municipios es que se basificó a un enorme número de trabajadores que sumado a los que ya existen en cada administración representan aproximadamente la tercera parte, si no es que más del total de trabajadores que tiene cada administración municipal.

Además de situaciones presuntamente irregulares que se han ido dando a conocer como el hecho de que en varias partes se despidió a supernumerarios que ya podían alcanzar el beneficio de una base, y fueron sustituidos por recomendados del munícipe saliente; así se las gastaron sólo por citar un ejemplo, según denuncias, en el municipio de Chiautempan.

Se sindicalizaron a cuates, familiares y hasta novias de alcaldes que no vieron, sino el beneficio personal, o es lo que se ha evidenciado, ahí está el caso del ex alcalde del municipio de Contla de Juan Cuamatzi, Filemón Acoltzi Nava denunciado por dejar sindicalizada hasta a su mamá.

Y aquí habrá que tomar en cuenta también qué tan legítimas son dichas plazas que por ejemplo en el caso del sindicato “Siete de Mayo”, este sindicato debió avalar dichas plazas, y donde de ser ilegítimas, entonces se hablaría de una maliciosa complicidad entre sindicato y gobierno, donde hoy los afectados son los cientos de trabajadores que están quedando a la deriva.

Ese es el gran negocio que hoy los sindicatos y los gobiernos hacen con la creación de plazas sindicales vulnerables que quedan expuestas a ser no reconocidas ni respetadas, y menos defendidas en la mayoría de los casos por los propios líderes sindicales.

El ejemplo más claro lo tiene el actual líder del sindicato “Siete de Mayo”, Edgar Tlapale, quien hoy busca verse como el gran defensor de los recién agremiados a este sindicato que están siendo despedidos en cada vez más municipios, pero que a nivel estatal a inicios del sexenio de Mariano González se mostró demasiado tibio con el despido masivo de trabajadores basificados del gobierno del estado, lo mismo que muchos otros sindicatos hicieron, y hoy hay cientos de laudos pendientes por resolver

Es decir que hoy la defensa de trabajadores por parte de sus líderes está supeditada a los intereses más que de los trabajadores de los gobernantes e incluso intereses personales, y los cuales dejan a la deriva a cientos de trabajadores.