La delincuencia que nos gobernó seis años

Por Enrique Gasga

Estamos a escaso un mes de que concluya el sexenio marianista marcado por la corrupción y la impunidad; por un crecimiento indiscriminado de la delincuencia; por la presencia de crímenes que antes de estos seis años no se veían en la entidad con la frecuencia y  cinismo que hoy; por la falta de oportunidades y desarrollo lo cual motivó mayormente el incremento de la delincuencia en que los habitantes de esta hermosa tierra no hemos sido, sino espectadores y víctimas de un estado gobernado por criminales de todo tipo.

El que finaliza es un sexenio donde el propio gobierno del estado ha estado involucrado en serios casos criminales donde ningún funcionario del gabinete de Mariano González Zarur ha sido procesado por dichos casos.

El caso de la detención y presunta violación a los derechos humanos de policías estatales que a inicios del sexenio se atrevieron a solicitar mejores condiciones de trabajo.

Las 11 mil toneladas de fertilizante que en 2014 “desaparecieron” de la Sefoa equivalentes a más de 20 millones de pesos.

Los policías estatales involucrados en una presunta banda de secuestradores que fueron encarcelados; pero cuyo proceso presentó desde el inicio muchas irregularidades, y a los policías no se les ha podido probar dicha acusación; lo que parece indicar que todo esto fue algo fabricado por la propia procuraduría del estado.

En la Secretaría de Salud las cosas no fueron mejores; ya que los servicios a las personas inscritas en el seguro popular han sido muy deficientes a pesar de que el monto de recursos destinados a este programa es suficiente para al menos garantizar los servicios básicos, y no ha sido así.

Pero qué se podía esperar de la actual administración del  gobierno del estado que en lugar de apoyar algo tan fundamental para cualquier sociedad como la salud, optó por el desmantelamiento de varios hospitales, además que se evidenciaron irregularidades millonarias en el manejo de recursos, y que la Auditoría Superior de la Federación señaló en su momento, según se dio a conocer en los medios.

Sin embargo, dichos abusos y muchos más no fueron castigados, vamos ni siquiera investigados, y hoy los funcionarios del gabinete de González Zarur que se han visto involucrados en actos irregulares, o delictivos como: Jonathan Bretón Galeazzi, Orlando May Zaragoza, Jesús Fragoso Bernal y otros andan por las calles disfrutando de una libertad inmerecida.

Además en este sexenio ha habido irregularidades por alrededor de unos ocho mil millones de pesos en las cuentas públicas donde no hay la certeza de en qué se aplicó, o dónde están esos recursos.

Ante este escenario qué se podía esperar la sociedad tlaxcalteca en materia de seguridad en el presente sexenio; si los abusos de poder, la corrupción e impunidad fueron una constante.

Es quizá entendible que diferentes grupos delictivos y la exacerbación de los delitos que ya se cometían, encontraran un paraíso en el estado de Tlaxcala.

Los resultados están a la vista: secuestros, extorsiones, feminicidios, asesinatos; el aumento según referencia en la mayor parte de los municipios de los robos a casa habitación y de vehículos; así como los asaltos. Tlaxcala cambió, pero lamentablemente para mal

El presente sexenio llega a su término; el gobernador y su gabinete se van, pero lo preocupante es que obviamente no se llevan a los criminales, esos se quedan, y lo que sigue existiendo a unas semanas del cambio de gobierno, es la incertidumbre sobre lo que hará el gobernador entrante que es gente del grupo marianista, y se ve difícil que se pueda sacudir algo que es más que un estigma.